Estas pequeñas paseriformes son aves muy activas, alegres, dóciles y fáciles de mantener en cautividad, lo que hace de ellas una mascota muy querida en nuestros hogares. El tamaño adulto ronda los 11-15 cm y los 16-30 gramos, y la esperanza de vida asciende a los 12 años en buenas condiciones. A continuación te contamos todo lo que necesitas saber sobre esta amigable mascota.
- Tamaño y composición de la jaula
Nuestro pequeño amigo pasará la mayor parte de su tiempo en la jaula, por lo que esta debe ser lo más grande y cómoda posible. Como norma general, el tamaño mínimo para un único ejemplar es de 60x60x40 cm. Pueden alojarse solos, en parejas o en grupos. En caso de que escojamos parejas o grupos, debemos proporcionar suficiente espacio y atención para evitar peleas, especialmente cuando conviven varios machos, que pueden ser más territoriales y agresivos que las hembras. Son preferibles las jaulas rectangulares a las circulares, pues en las jaulas rectangulares el ave puede ubicarse mejor y establecer puntos de referencia, y además permiten poner uno o dos lados del habitáculo pegados a la pared, lo que ofrece al animal sensación de seguridad. Respecto al material, son preferibles, por ser más higiénicas, las jaulas de metal con respecto a las de plástico o madera. Siempre deben proporcionarse jaulas de barrotes, que permiten una correcta ventilación, y preferiblemente los barrotes deben estar dispuestos en horizontal para permitirles trepar.
Un posible problema que debemos tener en cuenta es la intoxicación con materiales metálicos de la jaula. Para evitarlo, debemos escoger jaulas de aluminio, acero inoxidable o galvanizadas, y siempre evitar las jaulas viejas, que tengan evidente deterioro de la pintura o zonas oxidadas. También es recomendable evitar poner frutas entre los barrotes de la jaula, pues la acidez favorece la disolución de la pintura y la liberación de pequeñas partículas tóxicas.
El suelo de la jaula debe ser de rejilla y tener debajo una bandeja extraíble, de forma que las heces no estén en contacto con el animal. La bandeja puede forrarse con papel de periódico, papel de cocina o sustrato de papel prensado.
La jaula debe contener:
- Comederos y bebederos: de materiales no tóxicos y fácilmente lavables, localizados de tal forma que se minimice la caída de heces en su interior.
- Perchas: a diferentes alturas, preferentemente de madera natural y de diferentes diámetros, para permitir el desgaste de las uñas y el ejercicio de las articulaciones de los dedos (de lo contrario puede producirse artrosis y anquilosis). Hay que evitar las perchas de plástico de diámetro uniforme y las perchas limauñas, que pueden lesionar la fina piel de las patas.
- Juguetes: Los juguetes más apropiados son los hechos de madera, cuerda y cartón. Deben evitarse los juguetes de plástico o metal, especialmente aquellos con piezas pequeñas que puedan ser ingeridas; y los espejos, que pueden confundirlos. Igual de importante es rotar los juguetes y cambiarlos de sitio periódicamente para estimular su espíritu de curiosidad, especialmente en los ejemplares que vivan solos.
- Espacio: un error común es llenar indiscriminadamente la jaula de juguetes, lo que limita el espacio disponible para vuelos. Es mejor poner pocos juguetes e ir rotándolos, que poner demasiados. Además del propio espacio en la jaula, es recomendable que tengan acceso a un espacio vigilado fuera de la jaula donde puedan volar, ejercitarse e interaccionar con la familia.
- Hueso de Jibia: aporta calcio, además de ser un sustrato ideal para limar el pico y aportar enriquecimiento ambiental.
- Bañera: Es recomendable que tengan a su disposición un recipiente con agua limpia y desclorada (basta con dejarla reposar 24 horas) destinado a este fin. Otra opción es pulverizarlos varias veces al día con agua también desclorada. La humedad es esencial para permitir un buen estado de salud de la piel y el plumaje, y juega un papel especialmente importante en el periodo de muda.
- Nido: no es recomendable proporcionar nido y material de nido a no ser que queramos que críen.
- Condiciones ambientales y localización de la jaula
La jaula debe estar alejada de corrientes de aire y temperaturas extremas, así como de humos y olores fuertes (la cocina es el lugar menos indicado de la casa para tener a esta o cualquier otra ave), de ruidos fuertes, y de posibles depredadores (perros, gatos, aves salvajes, etc). El aporte de luz solar directa (sin cristal de por medio) es recomendable de forma ocasional, siempre controlando las condiciones ambientales y preferiblemente con una mosquitera que reduzca el contacto con insectos y otros animales como aves silvestres, que pueden transmitir diversas enfermedades.
- Fotoperiodo, temperatura y muda
En los canarios salvajes, originarios de las islas Canarias, la muda se produce a final de verano. En cautividad habitualmente se producen mudas erráticas como consecuencia, fundamentalmente, de las alteraciones en el fotoperiodo u horas de luz diarias y las altas temperaturas. Para minimizar las alteraciones en la muda es recomendable proporcionar una cantidad de luz más o menos natural a lo largo del año. Para ello, cuando se pone el sol podemos tapar la jaula o trasladarla a una habitación donde no haya ninguna luz encendida. Respecto a la temperatura conviene mantenerlo alejado de fuentes directas de calor, a una temperatura más o menos constante a lo largo del año.
- Dieta
Los canarios en libertad se alimentan fundamentalmente de semillas, verduras y frutas, y algún insecto de forma ocasional. En cautividad la dieta debe ser lo más rica y variada posible, y debe contener los siguientes ingredientes:
- Pienso: Actualmente existen en el mercado gran cantidad de piensos extrusionados específicamente diseñados para estas aves, que reúnen las necesidades nutricionales específicas de nuestras mascotas y deben constituir una parte importante de su alimentación.
- Verduras y frutas: verduras de hoja verde, pimiento, calabacín, zanahoria, pepino, brócoli, manzana, albaricoque, pera, melón, … son fundamentales para un correcto aporte de vitaminas, y deben administrarse a diario.
- Semillas y germinados de semillas: las mezclas de semillas, aunque no deben constituir la base de la alimentación al ser muy ricas en grasas y permitir la selección por parte del animal, pueden administrarse en pequeña cantidad a diario o cada 2 días, siendo su aporte especialmente importante durante la muda. También pueden administrarse en forma de espigas. Por otra parte, las semillas germinadas son muy nutritivas, ricas en vitaminas y aportan diversión y enriquecimiento ambiental a nuestra mascota. Podemos proporcionarlas dos veces por semana.
- Alimentos de origen animal: algún insecto, huevo cocido o yogur natural sin azúcar: puede administrarse una pequeña dosis semanal, especialmente en periodo de muda o reproducción. Este componente es especialmente importante si nuestro canario no come pienso habitualmente.
- Complementos multivitamínicos y minerales: pueden añadirse en época de muda y reproducción. Hay multitud de complementos destinados a estos fines y diseñados específicamente para aves. Siempre deben usarse atendiendo a las instrucciones del fabricante.
La búsqueda de alimento es uno de los comportamientos más importantes en los canarios salvajes, por lo que la disposición de comida monótonamente en el comedero debe evitarse. El comedero debe tener siempre pienso disponible, pero se pueden ofrecer otros alimentos en distintas presentaciones y tamaños, e incluso en juguetes interactivos para búsqueda de comida, comprados o hechos a mano (por ejemplo, cajas de cartón con algunos agujeros, o bandejas de forrajeo con materiales comestibles y no comestible).
También debemos tener en cuenta que algunos alimentos y plantas pueden ser tóxicos. Aguacate, cacao, café, cebolla, ajo, alimentos azucarados o salados, leche o alcohol deben ser rotundamente evitados.
- Higiene
Los comederos y bebederos deben limpiarse diariamente, con un estropajo específicamente destinado a este fin (no es recomendable usar el mismo que se usa para limpiar los utensilios de la cocina de la casa). Una higiene incorrecta de los bebederos suele ser el origen de muchos problemas infecciosos. Además, una vez a la semana debe limpiarse a fondo toda la jaula, incluidas perchas y juguetes.
- Sexaje
El sexaje de los canarios sin endoscopia o sexaje por ADN puede llegar a ser muy difícil, aunque hay algunas sutiles diferencias que nos pueden ayudar:
- Generalmente solo los machos cantan, mientras que las hembras solo pían (aunque hay excepciones).
- Los machos suelen ser más esbeltos y tienen los huesos pélvicos más juntos.
- Las plumas de la cloaca suelen ser más largas en machos, y en época de cría la cloaca adquiere un aspecto prominente, mientras que en las hembras tienen el vientre más plano y las plumas cloacales más cortas.
- Reproducción
La madurez sexual se alcanza sobre los 8 meses de edad. La puesta suele producirse a finales de primavera, aunque depende mucho de las condiciones climáticas y la disponibilidad de comida. La hembra puede poner entre 3 y 8 huevos, estando la media en 4. El periodo de incubación es de 12-14 días y el destete de los polluelos se produce en torno a las 3 semanas.
- Cuidados veterinarios
Es recomendable realizar una revisión veterinaria anual para evaluar el estado de salud general y valorar la necesidad de cambios de manejo y/o desparasitaciones. Algunos signos que deben alertarnos y alentarnos a pedir cita en el veterinario son:
- Nuestro canario está apático, embolado (con las plumas ahuecadas), tiene aspecto triste o está en la parte de debajo de la jaula
- Nuestro canario ha dejado de cantar (ocasionalmente esto puede ser normal en el periodo de muda)
- Pérdida o ausencia de apetito o sed
- Heces blandas
- Ojos cerrados, secreción ocular o nasal
- Respiración con la boca abierta, movimiento de la cola acorde con la respiración, sonidos audibles al respirar
- Problemas en la muda, plumaje desaliñado, “bultos” entre las plumas
- Cojera, alteraciones en la motilidad, tortícolis, cuello girado o movimientos espasmódicos.
- Descamación en las patas, el pico y/o los párpados
- Comportamientos anormales