Los tenrécidos (Tenrecidae), conforman una familia con una treintena de especies, que principalmente se encuentran en Madagascar. Se encuentran entre la morfología de un erizo y una musaraña, miden entre 26 y 39 centímetros de longitud, y poseen un hocico largo y puntiagudo que usan para desenterrar los gusanos y otros invertebrados de los que se alimentan. Son de costumbres nocturnas, en su mayoría, por eso viven en madrigueras que ellos mismos se encargan de excavar (cercanas a las fuentes de agua, en zonas amplias de matorral). Algunas variedades se aletargan para pasar la época seca, mientras que en la estación fría suelen hibernar. Su vista es deficiente, no así el oído y el olfato; se comunican a través de contacto táctil, así como por silbidos y gritos (especialmente cuando hay peligro). Los jóvenes, además de las madres y crías, emiten un sonido llamado estridulación, que realizan con las cerdas de su espalda, frotadas entre sí. La camada se dispersa al escuchar esta llamada.
De entre las cinco especies de la subfamilia, los raros tenrecs listados (Hemicentetes semispinosus y Hemicentetes nigriceps) son extremadamente delicados. El tenrec común (Tenrec ecaudatus) y el tenrec erizo mayor (Setifer setosus) no requieren tantos cuidados como los anteriores, aunque todavía no se encuentran con regularidad en el mercado ejemplares criados en cautividad. Así que de todas ellas, el tenrec erizo menor (Echinops telfairi) es la especie que por su mayor capacidad de adaptación y disponibilidad se ha hecho más popular entre los aficionados.
El tenrec erizo menor (Echinops telfairi) alcanza los 15 centímetros, con un peso cercano a los 250 gramos. Vive un promedio de cinco a siete años en cautividad, aunque se han registrado longevidades de hasta 17 años.
Su dorso es de un tono claro y recubierto por púas, mientras un pelaje grisáceo puebla el vientre. Son capaces de adoptar una postura defensiva enroscándose en forma de bola, aunque en general los tenrecs nacidos en cautividad se muestran sociables con los humanos si se manipulan regularmente. Aun así, poseen unos dientes afilados que no dudan en usar si se sienten amenazados.
ALIMENTACIÓN
El Tenrec se alimenta, principalmente, de invertebrados, lombrices y crías de ratón.
En estado salvaje prácticamente la totalidad de su dieta se basa en insectos y algunos frutos. Sin embargo, en cautividad se ha comprobado que el alimento extrusionado para gatitos de alta calidad constituye una buena base, además de contribuir a una correcta higiene dental. Este no deberá contener pescado y al menos contendrá un 30 % de proteína y un intervalo de grasas de entre un 15 y un 20 %. Los tenrecs muestran marcadas preferencias individuales por alimentos concretos, por lo que resulta una buena idea probar diferentes marcas comerciales.
Varias veces por semana se les debe proporcionar alimento vivo variado como caracoles, babosas, gusanos de la harina, grillos, langostas, gusanos de la miel o cucarachas, a los que debe añadirse un suplemento cálcico. Su dieta se complementará ofreciéndoles ocasionalmente fruta, verdura, pollo hervido o huevo duro.
Para suministrarles agua se puede utilizar un recipiente lo suficientemente pesado para que no lo vuelquen, aunque se acostumbran con facilidad a beber de un biberón de los utilizados para roedores.
Insectos como saltamontes, caracoles, grillos o cucarachas son uno de sus manjares preferidos.
Al ser animales nocturnos que realizan la mayor parte de su actividad durante la noche, la mejor idea es alimentarlos antes del anochecer.
REPRODUCCIÓN
Los tenrec rompen con su habitual soledad durante la temporada de cría. Macho y hembra inician el cortejo que comienza con el olfateo, el contacto físico y el apareamiento. Después de la gestación, que dura 49 días, la madre da a luz una camada de entre cinco y siete crías (el tamaño medio de ésta varía en función del hábitat). Las crías nacen durante la estación lluviosa, cuando el número de invertebrados es máximo y hay más alimento; están además tan desarrollados que al mes de vida son autosuficientes (abren los ojos a partir del noveno día de su nacimiento). Antes, ya han salido a buscar alimento con la madre y comenzado la ingesta de alimentos sólidos. Tras dejar el nido, forrajean juntos ocasionalmente.
No podemos obviar que sólo cuando ha pasado 1 año desde el nacimiento de un tenrec, este se encuentra sexualmente maduro. Pero es cierto que hasta que no cumple los 2 años no es apto para la gestación ni el ritual de apareamiento.
ALOJAMIENTO Y CUIDADOS
Habitualmente son animales solitarios, aunque también le gusta la compañía de sus congéneres. Se puede mantener sin problema a un macho con varias hembras, e incluso machos que se hayan criado juntos.
La mayoría de criadores establecen que el espacio mínimo disponible por ejemplar sería aproximadamente de 70 × 50 × 50 cm. Sin embargo, si no se les permite salir al exterior a diario durante largos periodos, estas dimensiones resultan totalmente insuficientes pues se trata de animales muy activos. En este sentido, cualquier habitáculo debe contener elementos de enriquecimiento ambiental como troncos y plataformas por los que trepar, ruedas de ejercicio, refugios para descansar u objetos donde esconder su comida preferida.
En cuanto al tipo de habitáculo, se puede optar por acuarios o terrarios. No obstante, se puede construir uno con madera y malla metálica que proporcione mejores prestaciones a los animales.
Dado su origen geográfico, la temperatura diurna debería mantenerse alrededor de los 25ºC, descendiendo la nocturna hasta los 20 ºC. Para alcanzarla la mejor opción es utilizar, debidamente protegidas, lámparas de infrarrojos. Son propensos a que se les reseque la piel, por lo que la humedad ambiental debe ser aproximadamente de un 70 %, y la iluminación del espacio debe ser tenue para tratar de imitar su hábitat natural.
Como sustrato la mejor opción es la fibra de coco, les permite excavar en ella, y además contribuye a mantener una humedad adecuada. Los tenrecs utilizan un único punto del habitáculo para sus deposiciones, por lo que no será necesario reemplazar todo el sustrato con demasiada frecuencia.
ATENCIÓN VETERINARIA
Es muy importante acudir al veterinario para recibir una mayor información de pautas de manejo y alimentación del tenrec, además de una revisión general cada 3-6 meses.