Taxonomía:
- Clase: Reptilia
- Orden: Testudines
- Familia: Testudinae
- Genero: Stigmochelys
- Especie: Stigmochelys pardalis
- Subespecies: S.pardalis pardalis y S.pardalis babcocki
DISTRIBUCIÓN:
Este reptil herbívoro se distribuye en la naturaleza en las regiones semi-áridas del África subsahariana, en áreas de pastizales y matorrales.
La S.pardalis babcocki, la más común tanto en cautividad como en la naturaleza, se distribuye desde Etiopía hasta Sudáfrica.
La S.pardalis pardalis, la menos común, se localiza en un área pequeña comprendida entre el oeste de Sudáfrica y el oeste de Namibia.
MORFOLOGÍA:
Caparazón: su patrón moteado es su característica principal y la que da nombre a la especie. Cada escudo está compuesto por manchas negras (moteada) y base amarillo/crema. El patrón de las manchas oscuras nos permite diferenciar las subespecies. En S.pardalis babcocki, las manchas oscuras están en el centro del escudo, mientras que en S.pardalis pardalis se localizan lateralmente. Los ejemplares de babcocki suelen tener el caparazón más convexo.
Tamaño: es la cuarta especie de tortuga más grande del mundo, lo cuál se trata de un aspecto importante a la hora de elegir un ejemplar como mascota.
En S.pardalis babcocki, los machos son más pequeños que las hembras, y los ejemplares son considerablemente de menor tamaño y peso que en la otra subespecie, alcanzando unos 14-20 Kg de media en estado adulto.
En S. pardalis pardalis, los machos son más grandes que las hembras (y en general esta subespecie alcanza un mayor tamaño en ambos sexos).
Esperanza de vida: en cautividad fácilmente superan los 50 años de vida, bajo las condiciones nutricionales y de mantenimiento adecuadas. Algunos ejemplares han superado los 100 años.
Dimorfismo sexual: la determinación del sexo puede resultar difícil en ejemplares neonatos y juveniles. Las placas anales del plastrón de los machos forma un ángulo más amplio para permitir la cópula. El plastrón de las hembras y los ejemplares juveniles es plano, mientras que el de los machos adultos es más cóncavo para poder acoplarse al caparazón de la hembra. En ejemplares adultos, el tamaño puede facilitar el sexaje, como hemos mencionado anteriormente.
REPRODUCCIÓN:
Madurez sexual: entre los 6 y 10 años en cautividad, aunque también está condicionada por el tamaño de los ejemplares (23-25cm de longitud).
Puesta: las hembras suelen realizar unas 6 puestas al año, poniendo entre 8 y 10 huevos (aunque se han documentado puestas de hasta 30 huevos). El periodo de incubación es de 180 días aproximadamente, y deben mantenerse bajo una humedad relativa del 70-80% a 28-30ºC. Como ocurre con otros reptiles, la temperatura influye en el sexo del embrión. A temperaturas altas nacerán hembras y a inferiores machos.
Comportamiento: los machos pueden mostrarse agresivos durante la época de cría. Lo recomendable es tener 1 macho con 2-3 hembras, para evitar el acoso constante a un mismo ejemplar.
ALOJAMIENTO:
Las tortugas pardalis deben ser mantenidas preferiblemente EN EXTERIOR siempre y cuando el clima sea cálido y seco. En el caso de Madrid, estos ejemplares pueden vivir adecuadamente en exterior durante los meses de primavera y verano.
La temperatura idónea durante el día debe rondar los 25-29ºC, con zonas de asoleamiento o “basking spots” donde se alcancen los 32-35ºC. Deben proporcionarse áreas de refugio o sombra para que los animales pueden refugiarse del calor extremo (estos refugios pueden ser pulverizados con agua para que satisfacer sus necesidades de humedad). La temperatura nocturna no debe caer de los 24ºC. La humedad relativa idónea para estos ejemplares ronda el 40-60%.
Las instalaciones deben estar protegidas de posibles trepadores (y/o perros. Recordamos que uno de los motivos más habituales en consulta son las tortugas mordidas por perros) y deben estar plantadas frondosamente con plantas herbáceas y matorrales. Debemos proporcionar siempre una fuente de agua a las tortugas. Una buena opción es colocar en la instalación un plato de terracota para macetas, parcialmente enterrado, y con un diámetro lo suficientemente grande como para que las tortugas puedan entrar por completo a beber y bañarse. La profundidad del mismo no debe ser muy alta, para impedir que las tortugas puedan ahogarse y puedan entrar y salir fácilmente.
La tortuga leopardo no hiberna en la naturaleza. Por tanto, debemos tener preparada una instalación interior para cuando las temperaturas en el exterior caigan por debajo de los 15ºC. Muchos propietarios construyen en el propio jardín unas “casetas invernales” donde se colocan focos de calor y de ultravioleta (UVB+A del 10.0) para alcanzar los temperaturas mencionadas anteriormente. Si el tamaño de los ejemplares lo permite, se pueden mantener en terrarios durante los meses de otoño e invierno.
Ejemplares neonatos/juveniles: deben mantenerse en instalaciones interiores controladas durante los primeros años de vida. Idealmente, la humedad relativa será mayor (70-80%) para evitar el piramidismo del caparazón, vigilando siempre que el sustrato no esté excesivamente mojado.
Como sustrato para la instalación interior, lo idóneo será una mezcla de fibra de coco, turba rubia, arenas y arcillas. Evitaremos siempre los sustratos a base de cortezas de coníferas, ya que pueden ser tóxicos. Podemos colocar heno para conejos y roedores, que podrán comer y emplearán como escondite.
**La ingesta accidental de sustrato es un motivo de consulta habitual, por lo que no debe ofrecerse el alimento sobre el sustrato a las tortugas.
DIETA:
Las tortugas leopardo necesitan dietas muy ricas en fibras y bajas en proteínas. El exceso de proteínas en la dieta puede conllevar a un aumento en la tasa de crecimiento y a la aparición del conocido “piramidismo del caparazón”.
La dieta debe componerse fundamentalmente de plantas herbáceas. Les ofreceremos heno, alfalfa, césped, diente de león, hojas de malva, zarzamora, trébol, hojas de parra, palas de cactus sin espinas como la chumbera y pétalos de flores como el hibisco o el trébol.
Podemos ofrecer verduras de hoja oscura, (ricas en calcio, vitaminas A y C), como col, hojas de nabo, hojas de mostaza, lechuga romana, lechuga hoja de roble, endivia, escarola, achicoria.
Evitaremos ofrecer en exceso espinaca y kale por su alto contenido en oxalatos. Las frutas, hierbas aromáticas y verduras carnosas (ej: zanahoria, pimiento, calabacín…) se ofrecerán de manera puntual y en pequeñas cantidades (nunca más de un 5% de la ración) y siempre interpretadas como un método de enriquecimiento de la dieta.
*Suplementos: 2 veces por semana se puede espolvorear la comida con un suplemento de Calcio + Vitamina D3 o un hueso de jibia rallado.
PROBLEMAS MÉDICOS FRECUENTES:
- Enfermedad Ósea Metabólica
- Urolitiasis (cálculos urinarios)
- Infección respiratoria
- Piramidismo del caparazón
- Impactación digestiva, estreñimiento
SITUACIÓN LEGAL Y DE CONSERVACIÓN:
La Stigmochelys pardalis está recogida en el apéndice II de CITES, con categoría B (regulación europea).