

Los tenrécidos (Tenrecidae), conforman una familia con una treintena de especies, que principalmente se encuentran en Madagascar. Se encuentran entre la morfología de un erizo y una musaraña, miden entre 26 y 39 centímetros de longitud, y poseen un hocico largo y puntiagudo que usan para desenterrar los gusanos y otros invertebrados de los que se alimentan.
Son de costumbres nocturnas, en su mayoría, por eso viven en madrigueras que ellos mismos se encargan de excavar (cercanas a las fuentes de agua, en zonas amplias de matorral). Algunas variedades se aletargan para pasar la época seca, mientras que en la estación fría suelen hibernar. Su vista es deficiente, no así el oído y el olfato; se comunican a través de contacto táctil, así como por silbidos y gritos (especialmente cuando hay peligro). Los jóvenes, además de las madres y crías, emiten un sonido llamado estridulación, que realizan con las cerdas de su espalda, frotadas entre sí. La camada se dispersa al escuchar esta llamada.
Alimentación en los tenrécidos
El Tenrec se alimenta, principalmente, de invertebrados, lombrices y crías de ratón.
En estado salvaje prácticamente la totalidad de su dieta se basa en insectos y algunos frutos. Sin embargo, en cautividad se ha comprobado que el alimento extrusionado para gatitos de alta calidad constituye una buena base, además de contribuir a una correcta higiene dental. Este no deberá contener pescado y al menos contendrá un 30 % de proteína y un intervalo de grasas de entre un 15 y un 20 %. Los tenrecs muestran marcadas preferencias individuales por alimentos concretos, por lo que resulta una buena idea probar diferentes marcas comerciales.
Varias veces por semana se les debe proporcionar alimento vivo variado como caracoles, babosas, gusanos de la harina, grillos, langostas, gusanos de la miel o cucarachas, a los que debe añadirse un suplemento cálcico. Su dieta se complementará ofreciéndoles ocasionalmente fruta, verdura, pollo hervido o huevo duro.
Para suministrarles agua se puede utilizar un recipiente lo suficientemente pesado para que no lo vuelquen, aunque se acostumbran con facilidad a beber de un biberón de los utilizados para roedores.
Insectos como saltamontes, caracoles, grillos o cucarachas son uno de sus manjares preferidos.
Al ser animales nocturnos que realizan la mayor parte de su actividad durante la noche, la mejor idea es alimentarlos antes del anochecer.