

Hola, soy Nicolás Sánchez, un aficionado a los loros y el autor invitado de este post en Animales Exóticos 24h. Actualmente cuido de una hembra de guacamayo Maracaná. Es la ruidosa alegría que me despierta por las mañanas y la que hace que mi café sepa aún mejor. También soy fisioterapeuta, oficio que me permite aportar un granito de arena a la sociedad. Amo la naturaleza en general, e intento vivir mi día a día en coherencia con ello.
Sin ánimos de hacer intrusismo a mis colegas terapeutas ocupacionales, y desde la perspectiva que me da el haber trabajado codo con codo con ellos durante los últimos 6 años, hoy me gustaría hablar de la terapia ocupacional para loros.
[ctt template=”4″ link=”iDL_v” via=”no” ]Terapia ocupacional para loros, ¿sabes lo que es? Nos lo cuenta nuestro autor invitado en este post vía @Exoticos24h[/ctt]¿Qué es la terapia ocupacional?
He de decir que es un término que no me he inventado yo, se trata de un concepto en auge, del que cada vez podemos leer más en la literatura loruna o en los post de Parrot bloggers internacionales. El fundamento es básico: si tenemos en casa un loro mascota deberíamos proporcionarle el medio adecuado para aprender, desarrollar o mantener las capacidades motoras, psicomotoras y cognitivas propias de su especie.
Vivimos en un mundo en el que para adquirir un especie exótica no hace falta más que ganas y algo de dinero. En España hay incluso tiendas online que venden loros. Parece que no importa si el que está detrás de ese teclado sabe poco o nada del “bicho” que está adquiriendo.
Es por ello que por respeto a su naturaleza, si tenemos alojada en nuestra casa una especie exótica resulta importante conocer las conductas naturales de dicha especie. Es vital ahondar en las condiciones de su hábitat natural. Todo esto nos permitirá ofrecer en casa, un entorno artificial que se asemeje a lo natural y que favorezca además, de su correcto desarrollo y mantenimiento, un equilibrio a nivel mental.
Por qué es necesaria esta terapia en loros
El desconocimiento de lo correcto y coherente, nos lleva a ver loros sin emplumar en los salones de muchas casas. A pesar de que a esa edad deberían estar en el nido con sus padres. Un polluelo que aún no es capaz de sostenerse en una percha no debería estar en una jaula, sino en un nido con el sustrato adecuado para el correcto desarrollo de las articulaciones de su miembros inferiores.
Un loro debería desarrollar sus capacidades sensoriales poco a poco y no ser expuesto, por ejemplo, a una intensidad lumínica muy alta, ni cambios bruscos de frío y calor, o a sonidos potentes. Un loro juvenil debería poder contar con loros “tutores” de los cuales pueda aprender los comportamientos para ser un loro en toda regla. Entre ellos, aprender a acicalarse correctamente, adaptar la fuerza de su pico a distintas necesidades o a comer de forma variada y sana. Un loro debería aprender a ser un loro.
Los humanos hemos conseguido anular años de evolución, de estas bellas criaturas convirtiéndoles en animales inútiles que no saben comer más que pipas y estar chillando en lo alto de una jaula. Si aún sigues leyendo, hazle un favor a tu loro y coge lápiz y papel. Hagamos una lista:
- Alimentación natural. Alto porcentaje frugívoro, nectarívoro, granívoro o partes iguales entre éstas. Obtención del alimento (el famoso forrajeo). La especie que tengo en casa, en su día a día en la naturaleza, ¿suele bajar al suelo o permanecer en lo alto de los arboles? ¿obtiene su alimento principalmente de frutos con corteza dura o más bien de frutos blandos? Créeme cuando te digo que esta información es vital para el correcto mantenimiento de su pico. A modo de dato curioso, hay especies con las que hay que estar muy atentos ya que en cautividad suelen presentar déficit en los niveles de ciertas vitaminas o minerales. Si tu loro pudiera aconsejarte te diría que existe un maravilloso mundo más allá de la bolsa de bolitas de colorines y de la macedonia de fruta (tu veterinario o libros de referencia como Manual técnico de dietología de papagayos de Ángel Nuevo podrán ayudarte).
- Reproducción y ciclos vitales. Pregunta a tu criador y te sorprenderás de que existe fechas muy dispares según la especie; no todo sucede en primavera. Además aprenderás cómo afectan los ciclos reproductivos al comportamiento. ¿Qué es una muda? O cuantas veces al año muda un loro.
- Lenguaje corporal. Se trata de ir más allá de las meras conjeturas del día a día y basarnos en ese lenguaje universal e innato que aún está presente en su naturaleza. La dilatación de las pupilas, el ahuecamiento de las plumas, las rotaciones e inclinaciones de cuello y cabeza…
- Actividad motora. Necesidad diaria de vuelo, trepar, desplazamiento por suelo. Arrancado y machaque de ramas arboles.
¿Y qué hacemos cuando estamos frente a un loro que no ha desarrollado adecuadamente sus capacidades motoras, sensoriales y cognitivas? Vamos, lo que vendría a ser un loro NINI (ni estudia, ni trabaja, ni hace nada más con su vida que lo que viene a ser chillar).
Es ahí cuando sale a bailar la palabra Terapia ocupacional para loros. Pero ¡ojo! No se trata de tener a nuestro loro entretenido, sino de simular, o al menos acercarnos a las actividades que en su vida salvaje desarrollaría. Actividades que permitan el desarrollo psicomotor, pero sobre todo en sintonía con la edad y la especie que tenemos. Es ahí cuando cobran sentido los parques de juego adaptados a la especie que tenemos. Los juguetes diseñados específicamente para la edad y especie. Los juegos que retan a resolver un acertijos y obtener una recompensa por descifrarlo (echa un vistazo al gran abanico de YOLCATI). Y sobre todo, lee, infórmate (por ejemplo LOROESCUELA ofrece cursos muy interesantes), y por supuesto no olvides consultar con tu veterinario especialista en exóticos sobre el comportamiento de la especie que tienes en casa (te hablo de Animales Exóticos 24 horas, por supuesto).
Con cariño,
Nicolás Sánchez